martes, 6 de enero de 2009

"Los chicos del coro" y "Diarios de la calle"


Continúo hoy con mis pequeños comentarios de cine, y hoy quería hablaros de dos películas, ambas relacionadas con la educación: "Los chicos del coro" y "Diarios de la calle".


FICHAS TÉCNICAS Y SINOPSIS:


Los chicos del coro

Dirección: Christophe Barratier.Países: Francia y Suiza.
Año: 2004.
Duración: 95 min.
Género: Drama.
Interpretación: Gérard Jugnot (Clément Mathieu), François Berléand (Rachin), Kad Merad (Chabert), Jean-Paul Bonnaire (Padre Maxence) y Marie Bunel.
Guión: Christophe Barratier y Philippe Lopes-Curval; basado en la película "La cage aux rossignols" (1945) de Jean Dréville.

Sinopsis:
La película empieza ubicada en E.E.U.U. Un director, parece que de gran prestigio, da un concierto y recibe la noticia de la muerte de su madre. Más tarde un desconocido llega con un libro y una fotografía. En ese momento se produce un flashback que nos transporta a la Francia de los años 40.
En 1949, Clément Mathieu, profesor de música en paro, empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores. Especialmente represivo, el sistema de educación del director Rachin apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos difíciles. El mismo Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae poderosamente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con la magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre.


Diarios de la calle

Dirección: Richard LaGravenese.
Países: USA
Año: 2007.
Duración: 123 min.
Género: Drama.
Interpretación: Hilary Swank (Erin Gruwell), Patrick Dempsey (Scott Casey), Scott Glenn (Steve Gruwell), Imelda Staunton (Margaret Campbell) y April Lee Hernandez (Eva).
Guión: Richard LaGravenese; basado en el libro "The freedom writers diary" de Freedom Writers y Erin Gruwell.

Sinopsis: Basada en hechos reales.
A sus 23 años, todavía con aspecto de estudiante, la idealista Erin Gruwell (Hilary Swank) parece dispuesta a comerse el mundo el día que entra en el high school Wilson para estrenarse como profesora. Pero su clase lo único que espera es sobrevivir un día más; son un grupo multiétnico de adolescentes de los más variados orígenes, afroamericanos, latinos, asiáticos, delincuentes juveniles, pandilleros y estudiantes de barrios pobres. Lo único que parecen tener en común es el odio que se profesan entre sí y la intuición de que el sistema educativo se está limitando a almacenarlos en cualquier lugar antes de que tengan edad para desaparecer.

Erin se empeña día tras día en ganarse a sus estudiantes pese a su obstinado rechazo a toda forma de participación en las clases. Pero la realidad del ghetto no tarda en imponerse. Una pandillera latina de su clase presencia un tiroteo originado por cuestiones raciales; otro día la profesora intercepta una desagradable caricatura racista. Erin aprovecha esos incidentes y los convierte en dinámicos elementos de aprendizaje.

Así se produce una transformación en el aula: los alumnos empiezan a escuchar y Erin se libera de sus idealistas prejuicios y acepta oir las historias que le cuentan los chicos sobre las malas calles en las que deben sobrevivir a una guerra no declarada. Erin empieza a conectar con los miembros de su clase. Les trae discos de música urbana y libros surgidos de otro tipo de ghetto, como “El diario de Ana Frank”, y con esas simples herramientas les abre los ojos a la experiencia de la lucha de quienes han sufrido la intolerancia fuera de las comunidades a las que los chicos pertenecen. Sabiendo que cada uno de sus estudiantes tiene una historia que contar, Erin les anima a que escriban un diario con sus pensamientos y experiencias. Tras compartirlo con los demás, cada alumno ve que sus compañeros viven una situación similar a la suya; y comprenden por primera vez que hay más horizontes en la vida que esperar a llegar vivo a los 18. Los diarios de los chicos dejan de ser deberes de clase y se convierten en un instrumento de afirmación vital; y el contacto con sus estudiantes afecta a Erin mucho más profundamente de lo que ella hubiera podido imaginar.


MI OPINIÓN:


Respecto a "Los chicos del coro", pienso que el profesor de música, Clément Mathieu, tuvo que educar en una época de represión, en un internado de reeducación de menores con un sistema educativo especialmente represivo. Partiendo de esta base, podemos afirmar que el sistema educativo afortunadamente ha cambiado, ya que en la actualidad no se dan estas circunstancias, pero no obstante, podemos aprender mucho de la película.

El director del centro se guía por la premisa “acción - reacción”, lo que significa continuos castigos para los pequeños, horas en el calabozo, gritos sin razón y poco diálogo. Actualmente la educación es más humana, aboga más por la comprensión, por llegar a violentar la voluntad del alumno motivándolo para que quiera aprender y no con duros castigos… En este sentido Clément era un avanzado en su época. La educación desarrollada en la película tiene una estructura dictatorial, aquí se hace lo que manda el director porque lo manda el director y punto; en la actualidad afortunadamente todo tiene unos valores contextualizados en la dialogante democracia, cuyos principios son objeto también de la educación.
Mucho y para mejor han mejorado en general los sistemas educativos desde los años cincuenta hasta la actualidad, y sino lo hubieran hecho habría que preocuparse, pero mi pregunta es ¿es suficiente? Y mi propia respuesta, desde mi humilde ignorancia, es no.

Porque si bien la educación ha evolucionado, también lo ha hecho la sociedad en su conjunto y ésta atropella a la educación. Por tanto y resumiendo, para no liar más la cosa, creo que el sistema educativo de los 50 y el actual, evidentemente son distintos, pero al mismo tiempo tienen una coincidencia, en ambos eran necesarias las mejoras.
La educación necesita de personal docente con nuevas energías y espíritu luchador que no se venza por formalismos ni se quede encerrado en las cuatro paredes del aula, que de instrumentos, como la música (en la película) a sus alumnos, para enseñarles a sentirse realizados y motivarlos. Actualmente el uso de las nuevas tecnologías, bien utilizadas podrían hacer el mismo papel que la música hace en la película.


De "Diarios de la calle", me ha llamado la atención, el hecho de que no es común en el mundo de la docencia el reconocimiento y agradecimiento a un profesor. El buen maestro da gratuitamente y si existen momentos de gratitud, no suelen ser algo inmediato, sino a largo plazo. Sin embargo Erin Gruwell ve recompensado sus esfuerzos al final de la historia, de lo cual me alegro y más viendo que está basada en hechos reales. Además, bastante pago hace en el nivel personal (por la ruptura con su marido) para llegar a este éxito.

Me parece que Erin tuvo un coraje sin antecedentes, saltándose en parte las pautas del centro en el que trabajaba, jugándosela con su marido, y luchando por conseguir sacar lo mejor de unos alumnos que sin duda estaban envueltos en las peores y más variadas circunstancias sociales. Es una película muy recomendable, para alumnos y para profesores, para que vean el entusiasmo y la vocación docente en su mayor significado, llegando así al difícil éxito recíproco del educador que aprecia a su clase y es correspondido.

A nivel cinematográfico cabe mentar que sí tiene algunos patrones convencionales del cine norteamericano, pero no nos engañemos, no todo el monte es orégano, y que la película tenga alguna connotación de “americanada” no va a convertirla en una mala película sólo por este hecho. Para mí es una buena película y muy recomendable para el que quiera sumergirse en la polémica problemática del desinterés de los alumnos en el sistema educativo actual. Una de las cosas que más me ha gustado es la gran confianza que muestra la profesora en el potencial de sus alumnos.

Reflexión conjunta de ambas películas:

Para concluir, diré que aunque una película francesa hable de la educación hace más de cincuenta años y la norteamericana hable de la actualidad, tienen un denominador común muy marcado, el apoyo y la fe en el alumno y la búsqueda de vías para llegar a él; si en “Los chicos del coro” la vía es la música en “Diarios de la calle” la vía es involucrarse en las vidas de los alumnos y sus problemas.

Es muy importante que todo el que nos queramos dedicar a la educación aprendamos de ello y tomemos nota, porque esta sociedad, cada vez más desorientada necesita maestros que recuperen un sector del alumnado que puede que ande un poco perdido, bien por su propia voluntad, bien por sus circunstancias sociales.

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